10 Razones para Evitar que los Niños Tomen Refrescos
1. La soda no contiene nutrientes y es alta en calorías y azúcar. Los estudios muestran un fuerte vínculo entre el consumo de refrescos y la obesidad infantil.
2. La soda suprime el apetito para que los niños tengan menos probabilidades de comer alimentos nutritivos. Los bebedores de refrescos tienen menos probabilidades de obtener los niveles recomendados de vitamina A, calcio, magnesio y otros nutrientes importantes.
3. El fósforo, un ingrediente común en los refrescos, puede agotar los huesos de calcio. Las niñas que beben más refrescos son más propensas a fracturas de huesos. Los médicos se están preocupando por el impacto en la salud del consumo de bebidas carbonatadas en las adolescentes.
4. Los estudios muestran una relación directa entre la caries dental y los refrescos. El azúcar no solo causa caries, sino que los ácidos de la soda graban el esmalte de los dientes. El ácido puede comenzar a disolver el esmalte dental en solo 20 minutos. Los dentistas están reportando pérdida completa del esmalte de los dientes frontales en niños y niñas adolescentes que habitualmente beben refrescos.
5. Se sabe que la cafeína crea dependencia física y altera el equilibrio normal de la neuroquímica en el cerebro en desarrollo de los niños. La cafeína estimula la glándula suprarrenal sin proporcionar los nutrientes que necesita. En grandes cantidades, la cafeína puede provocar agotamiento suprarrenal, especialmente en los niños. Las colas contienen de 35 a 38 miligramos de cafeína por lata de 12 onzas. Las colas dietéticas a menudo contienen mucho más. Una lata de Pepsi One contiene unos 56 miligramos de cafeína. Mountain Dew, Mello Yellow, Sun Drop, Jolt, Barq’s Root Beer y Sunkist Orange soda contienen cafeína. Sprite, 7-Up, ginger ale y muchas marcas de cerveza de raíz no contienen cafeína.
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6. Beber refrescos todos los días puede provocar trastornos del azúcar en la sangre, incluida la diabetes.
7. El aspartamo, utilizado en refrescos dietéticos, es una potente toxina cerebral y un disruptor endocrino.
8. El ácido cítrico, que a menudo se encuentra en los refrescos, puede contener trazas de glutamato monosódico. El glutamato monosódico es otra toxina cerebral potente. Los sabores artificiales que se encuentran en los refrescos también pueden contener trazas de glutamato monosódico.
9. Beber refrescos regularmente puede alterar el frágil equilibrio ácido-alcalino del estómago, creando un ambiente ácido continuo. Este ambiente ácido prolongado puede provocar inflamación del estómago y del revestimiento duodenal, lo que puede ser bastante doloroso.
10. Los refrescos actúan como diuréticos deshidratantes, al igual que el té, el café y el alcohol, y pueden inhibir la función digestiva adecuada.