No emplee tácticas de miedo para disuadirlos de experimentar con el alcohol, pero informe a su hijo sobre los riesgos de beber de forma irresponsable. No hay razón para ocultar una bebida alcohólica de la vista de su hijo. De hecho, modelar el consumo responsable de alcohol frente a su hijo contribuirá a una mejor comprensión del consumo de alcohol para ellos.
«Los niños pueden estar expuestos a un consumo moderado y apropiado de alcohol en la cena o en una reunión familiar Soci Socializar a los niños con el alcohol no solo es necesario para que aprendan las normas sociales y las expectativas culturales sobre el consumo de alcohol, sino que es una parte esencial de ver comportamientos socioculturalmente informados aplicados en las interacciones cotidianas», dice Méndez.
Si bien el modelado apropiado siempre es instructivo, dice Méndez, es particularmente importante para los padres de adolescentes. «El hecho de que el alcohol existe y se usa como producto del compromiso social y la integración no se debe negar ni ocultar a los adolescentes», dice. «Discutir abiertamente el consumo de alcohol y el impacto que el alcohol tiene en el comportamiento proporciona a los adolescentes datos relevantes y les da una base de conocimientos para tomar decisiones discriminatorias y responsables.»
Con respecto al impacto físico del alcohol en los niños, los padres deben saber que unos pocos sorbos no causarán mucho efecto. Por lo tanto, si se usa para una ceremonia religiosa, un poco de alcohol no es preocupante.
Sin embargo, según S. Daniel D. Ganjian, MD, pediatra en el Providence Saint John’s Health Center en Santa Mónica, California, cualquier cosa más de uno o dos sorbos pequeños es demasiado. «Los efectos duraderos de beber alcohol repetidamente pueden afectar el hígado, el cerebro, el estómago y causar deficiencias vitamínicas», dice.
Ganjian también advierte que consumir más de una pequeña cantidad de alcohol puede afectar la capacidad de un niño para pensar, juzgar e incluso moverse, y que los padres deben tener en cuenta que varios tipos de bebidas alcohólicas pueden tener una mayor concentración de alcohol.
Un estudio de 2016 encontró que los niños a los que se les permite tomar sorbos de alcohol son más propensos a beber en la adolescencia, pero son menos propensos a beber en exceso. La idea de que nuestros hijos algún día puedan experimentar con el consumo de alcohol es aterradora, pero tenga en cuenta que al modelar el consumo apropiado de alcohol, está sentando las bases para la toma de decisiones saludables de su hijo.
Méndez recomienda monitorear activamente cualquier experimentación con alcohol, pero para recordar la base de confianza que ha construido. «Los niños aprenden cómo manejar las emociones, cómo navegar las relaciones y cómo aplicar los valores y normas culturales primero relacionándose, involucrándose e interactuando con los padres», dice.
Modelar ejemplos positivos desde el principio ayudará a su hijo, así como a su relación con él, a largo plazo.
Jenn Morson es una escritora independiente que vive y trabaja fuera de Washington, D. C. Sus palabras han aparecido en The Washington Post, USA Today, Cosmopolitan, Reader’s Digest y muchas otras publicaciones.