La teoría mercantil en ese momento consideraba que los colonos ingleses en América del Norte se suponía que debían suministrar productos crudos a la madre patria y no competir con las industrias en Inglaterra o quitarles empleos a los trabajadores en las Islas Británicas. Por consiguiente, las disposiciones de la Ley incluían::
- Debería cesar el impuesto sobre la importación de arrabio procedente de América.
- Debe cesar el impuesto sobre la barra de hierro importada a Londres.
- Dicha barra de hierro podría transportarse en la costa o por tierra desde allí hasta los astilleros de la Royal Navy, pero no más allá de 10 millas de Londres.
- La plancha debe estar marcada con su lugar de origen.
- No se debe erigir molino o motor para cortar o laminar hierro o cualquier forja de chapado para trabajar con un martillo inclinable o cualquier horno para fabricar acero en Estados Unidos.
- Los gobernadores coloniales estaban obligados a certificar qué molinos de este tipo ya existían.
Esto fue una continuación de una política británica a largo plazo, comenzando con las Leyes de Navegación Británicas, que fueron diseñadas para dirigir la mayor parte del comercio estadounidense a Inglaterra (desde 1707, Gran Bretaña), y para fomentar la fabricación de productos para la exportación a las colonias en Gran Bretaña.
La Ley del Hierro, de aplicarse, habría limitado severamente la emergente industria de fabricación de hierro en las colonias. Sin embargo, al igual que en el caso de otras leyes comerciales, su aplicación era deficiente porque nadie tenía incentivos importantes para garantizar su cumplimiento. Sin embargo, esta fue una de una serie de medidas restrictivas del comercio de las Colonias británicas en América del Norte que fueron una de las causas de la Revolución Americana.
Esta escena fue construida por James Pegrum como parte de una serie de modelos sobre eventos importantes en la historia británica e internacional. Instagram Facebook, Twitter e Instagram para verlos primero.