1. ANTES de su enfrentamiento del 4 de julio de 1919, celebrado en el Bay View Park Arena en Toledo, Ohio, el campeón mundial de peso pesado Jess Willard estaba extremadamente seguro de la victoria contra el joven Jack Dempsey.
2. PERO el ex campeón Tommy Burns no compartía el optimismo de Willard. Seis meses antes de la pelea, eligió a Dempsey para vencer a Willard y aconsejó a todos sus amigos que apostaran por el apuesto retador.
3. Se usaron guantes de CINCO onzas dentro de un anillo de 20 pies. El gigantesco Willard estaba haciendo solo la segunda defensa de su corona desde su famoso derribo cuatro años antes, y creía que su ventaja de peso de 58 libras sería demasiado para el retador de 24 años.
4. PERO Dempsey, que entró en la pelea tras cinco nocaut consecutivos en el primer asalto, era un luchador salvaje que el mundo no había visto antes. Fue respetuoso con el campeón durante el primer minuto y rodeó el ring, antes de lanzar un ataque brutal que dejó a Willard tambaleándose.
5. WILLARD fue aplastado siete veces por el challenger en esa ronda de apertura y recibió tal pegado, que se presume que la pelea había terminado. El árbitro, Ollie Pecord, no había oído la campana y señaló que Dempsey era el ganador, y contento de que su trabajo había terminado, el Mauler de Manassa dejó el ring con los brazos en alto. Pero Willard, mostrando una valentía extrema, había sobrevivido. Dempsey fue llamado al ring, y la matanza continuó.
6. EL campeón logró mantenerse erguido, casi, en la segunda ronda, pero la paliza fue difícil de ver. La sangre caía en cascada de la boca y la nariz de Willard, sus mejillas estaban hinchadas, su ojo derecho estaba casi cerrado, y dos de sus dientes se habían trasladado al lienzo.
7. AÚN así, siguió luchando. Logró dar algunos golpes en un esfuerzo por mantener alejado a Dempsey, pero no pudieron detener la marea rencorosa. His left eye was now swollen, and according to reports, his ribs were broken.
8. Al final de la sesión fue ayudado a su esquina por el segundo Walter Monahan. Willard, comprensiblemente, había soportado lo suficiente y le indicó al árbitro que no podía aguantar más. La pelea había terminado.
9. WILLARD nunca recuperó la audición adecuada como resultado de los golpes. Hasta el día de su muerte, Willard afirmaba que los guantes de su conquistador estaban cargados. No había, por supuesto, ninguna prueba que pudiera presentar además de su cuerpo aporreado.
10. DEMPSEY se convirtió en uno de los más grandes pesos pesados de la historia, y su reputación permanece hoy en día. Pero nunca más volvió a registrar una victoria tan violenta y espectacular como la que disfrutó el 4 de julio de 1919.