Más allá de eso, con la austeridad inducida por la gran recesión que está golpeando lo peor en todo el mundo occidental, esta historia de la época de la Gran Depresión de los desposeídos al capricho de corporaciones sin rostro y bancos chupasangres tiene una resonancia especial. El mensaje de Steinbeck ciertamente podría ser acusado de maniqueo, pero desafiaría a cualquiera a encontrar un libro que pueda hacer arder a los mansos con la misma furia. El famoso autor dijo que quería que su libro «destrozara los nervios de un lector» y logró hacer exactamente eso, que es parte de la razón por la que 75 años después todavía cautiva.
Mensaje político aparte, lo que me encanta de la novela es que gotea de humanidad. No es simplemente una reprimenda izquierdista a las clases dominantes, también es una celebración cálida de la persistencia del espíritu humano. ¿Qué podría ser más navideño que eso? Se narran y sufren tragedias personales, ya que los personajes son eliminados como soldados de infantería, pero la ciudadela de la familia, y el corazón, sigue sin romperse. El célebre e impactante final de la novela, en el que Rosa de Sharon, la reciente madre de un niño muerto de hambre, amamanta a un hombre hambriento con su pecho, puede verse como una demostración de la salvación que ofrece el espíritu comunitario. Más que eso, esta representación moderna de la Caridad romana ayuda a Steinbeck a superar las abundantes alegorías cristianas y abrazar lo pagano.
No hay doctrina cristiana convencional que se encuentre en Las Uvas de la Ira. El mensaje humanista propugnado por el ex predicador Casy se basa en el trascendentalismo toreauviano para afirmar que «todos los hombres tienen una gran alma de la que todo el mundo es parte». Sin alboroto ni el uso de un coro de niños, la novela muestra cómo el concepto de familia se extiende más allá de los propios parientes. Su representación de la generosidad coincide con la filosofía personal de Steinbeck, y es totalmente inclusiva, dando al lector una sacudida y un abrazo al mismo tiempo. A su manera, Las Uvas de la Ira muestra lo importante que puede ser la unidad familiar, ya sea que seas indigente como los Joads o que laves el último cerdo en manta con una gota de jerez.
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