Un puñado de casos se relacionaron con niños que regresaron a Japón desde Filipinas. Filipinas ha informado de un número cada vez mayor de casos y muertes por sarampión este año, con la propagación del virus más allá de Manila, la capital, a otras partes de Luzón, la isla más poblada del país. En las primeras seis semanas de 2019, se reportaron más de 9,000 casos, incluidas 146 muertes, dijo el Departamento de Salud de Filipinas.
El sarampión es causado por un virus, y los síntomas incluyen erupciones, fiebre e infecciones de oído que en algunos casos pueden conducir a una pérdida auditiva permanente. Los niños son particularmente susceptibles a la enfermedad, con algunas infecciones que conducen a complicaciones como neumonía o encefalitis, una inflamación del cerebro. La enfermedad mata a uno o dos niños de cada 1,000 que la contraen, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Si bien Japón es uno de los países más ricos del mundo, con un sistema de salud sólido, los investigadores han observado que entre los países desarrollados tiene altos niveles de infecciones de enfermedades que podrían prevenirse con vacunas. Una vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola se suspendió a principios de la década de 1990 después de que se vinculara a la meningitis aséptica. Desde entonces, el gobierno ha tenido una actitud cautelosa hacia la promoción de las vacunas.
Sin embargo, esto ha cambiado un poco en los últimos años, y en 2006, los funcionarios de salud japoneses comenzaron a recomendar una segunda vacuna contra el sarampión para niños a fin de aumentar las tasas de inmunización.