Existe mucha evidencia. Si Dios hubiera querido que celebráramos el cumpleaños de Cristo, habría hecho que las escrituras registraran la hora de Su nacimiento, así como el lugar. La fecha exacta no se conoce, sin embargo, la evidencia apunta a un nacimiento en otoño.
Lucas 2: 8 proporciona la primera indicación, ya que los rebaños todavía estaban en los campos por la noche. Los rebaños fueron traídos para la temporada de invierno de mediados de octubre a mediados de marzo.
Otra indicación es el hecho de que Jesús nació seis meses después de Juan el Bautista (Lucas 1:24-26, 36). La pregunta entonces es, ¿cuándo fue concebido Juan el Bautista? Debido a que las funciones sacerdotales de Zacarías se llevaron a cabo durante el curso de Abías, en el momento de la aparición del ángel (Lucas 1:5-20), la concepción de Juan ocurrió a mediados de junio, como lo indican los versículos 23-24. Por lo tanto, habría nacido a mediados de marzo. Por lo tanto, el nacimiento de Cristo tuvo que ser a principios de otoño.
Hay una pista adicional. En el momento del nacimiento de Cristo, el área de Jerusalén estaba muy llena de visitantes, debido a la celebración de la Fiesta de los Tabernáculos. La gente aprovechó este viaje a Jerusalén para pagar sus impuestos (ver Lucas 2:1-5), ya que fueron recaudados en esta época del año. Levítico 23: 24-40 prueba que el séptimo mes era el tiempo en cuestión. Cuando combinamos Lucas 2:1-5 y Juan 7: 2-10, vemos evidencia de que los padres de Jesús viajaron a Jerusalén para los Días Santos de la primavera y el otoño.
Si bien prácticamente no hay evidencia de que Cristo haya nacido el 25 de diciembre, hay abundante evidencia de un nacimiento a principios de otoño. El mundo celebra el nacimiento de Cristo en una «estación» pagana de invierno, cuando, de hecho, nuestro Salvador nació durante una temporada de festivales de otoño que en realidad representa la salvación de la humanidad.
