José Antonio Páez nació el 13 de junio de 1790 en Aricagua, en el borde de los llanos de la Cuenca del Orinoco en Venezuela. De una familia pobre, y en gran parte sin educación, trabajó durante un tiempo como ranchero, pero al comienzo del movimiento de independencia en 1810 estaba en el negocio ganadero por su cuenta. Se unió a las fuerzas patriotas en una fecha temprana, y después de 1814, cuando los españoles reocuparon los principales centros de población, jugó un papel decisivo en mantener viva la resistencia en los llanos. En esto fue ayudado por su comprensión instintiva de los duros vaqueros llaneros y su dominio personal de sus habilidades de equitación y lucha. Después de que Bolívar transfiriera sus operaciones a los llanos, Páez accedió a servir bajo su mando. Pero siempre conservó un grado de independencia.
Páez luchó junto a Bolívar en la victoria de Carabobo en 1821, el último enfrentamiento importante de la guerra en Venezuela. Mientras Bolívar llevaba la lucha hasta Perú y Bolivia, Páez permaneció en Venezuela, donde ejerció una autoridad personal amplia e informal por encima de los diversos cargos subordinados que se le confiaron. Se había hecho rico individualmente, acumulando una gran cantidad de tierra, tanto como bonificación de guerra como a través de la especulación. También fue adquiriendo gradualmente un barniz de educación y modales civilizados, aunque siguió siendo un llanero áspero de corazón, apasionado por los juegos de azar, los caballos y las mujeres. Compartió la insatisfacción generalizada de los venezolanos con la inclusión de su patria en la república Unida de la Gran Colombia, y en 1826 lideró una revuelta por una mayor autonomía. Depuso las armas a cambio de una amnistía de Bolívar, pero en diciembre de 1829 aceptó encabezar el movimiento que iba a hacer de Venezuela una república separada.
Páez se desempeñó como presidente de Venezuela de 1830 a 1835 y de nuevo en 1839-1843. Sin embargo, ya fuera que ostentara la presidencia o no, mantuvo el control efectivo del país hasta 1848, gobernando a través de lo que se llamó la oligarquía conservadora. Su poder descansaba en última instancia en los militares, pero tenía una estrecha relación de trabajo con la aristocracia terrateniente y comercial, que veía en él una garantía de estabilidad. Aunque a veces fue arbitrario, por lo general respetó los procedimientos legales; y a pesar de la etiqueta conservadora de su régimen, llevó a cabo reformas progresistas como la introducción de la libertad religiosa y la abolición del monopolio estatal del tabaco.
En 1848, el presidente José T. Monagas, aunque elegido con la bendición de Páez, abandonó su tutela y reprimió una revuelta lanzada por Páez con la esperanza de recuperar el poder. Páez se exilió, pero regresó a tiempo para servir como dictador de 1861 a 1863 en la última etapa de la amarga Guerra Federal, librada entre conservadores y liberales. Derrotado en esa lucha, Páez dejó Venezuela para siempre, viajando por América del Norte y del Sur y en 1867 publicó su autobiografía en la ciudad de Nueva York. Murió en Nueva York el 6 de mayo de 1873.