Los depredadores ápice pueden tener funciones ecológicas sustanciales y complejas en los ecosistemas. Sin embargo, es probable que las diferencias en los rasgos específicos de la especie, las densidades de población y las interacciones interespecíficas determinen la fuerza de los roles de los depredadores de ápice. Aquí presentamos estudios complementarios que examinan cómo las interacciones entre la tasa metabólica per cápita de los depredadores y la densidad de población influyeron en la biomasa, el uso de energía de la población y los efectos ecológicos de los depredadores superiores en sus presas de mamíferos grandes. En primer lugar, investigamos cómo los recursos de presas de mamíferos grandes y las tasas metabólicas de campo de los superpredadores terrestres, incluidos los grandes mamíferos y el dragón de Komodo (Varanus komodoensis), influyeron en sus densidades de biomasa y en los requisitos de uso de energía de la población. A continuación, evaluamos si los dragones de Komodo, como los depredadores de mamíferos ápice, ejercían una regulación de arriba hacia abajo de sus presas de mamíferos grandes. La comparación de los resultados de los estudios de campo demuestra que los dragones de Komodo alcanzan densidades medias de biomasa de población que son 5,75 a 231,82 veces mayores que las de las especies depredadoras de mamíferos ápice y sus gremios en África, Asia y América del Norte. La alta biomasa de los dragones de Komodo resultó en un uso de energía de 1,96 a 108,12 veces mayor que el de los depredadores de mamíferos ápice. Sin embargo, la variación temporal y espacial sustancial en el uso de energía de la población del dragón de Komodo no reguló las tasas de crecimiento de la población de ninguna de las dos especies de presas de mamíferos grandes, el ciervo ruso (Rusa timorensis) y el cerdo salvaje (Sus scrofa). Sugerimos que múltiples procesos debilitan la capacidad de los dragones de Komodo para regular grandes poblaciones de presas de mamíferos. Por ejemplo, una tasa metabólica per cápita baja que requiera una estrategia de caza poco frecuente e inactiva (incluida la recogida de basuras), minimizaría los impactos letales y no letales en las poblaciones de presas. Concluimos que los dragones de Komodo difieren en su papel depredador de, incluso no ser los análogos ecológicos de, los depredadores de mamíferos ápice.