Juana I, también deletreada Juana, (nacida en 1326—fallecida el 22 de mayo de 1382, Lucania, Reino de Nápoles), condesa de Provenza y reina de Nápoles (1343-82) que defendió su reclamación, así como la de la casa de Anjou, al trono de Nápoles, solo para perderla ante Carlos de Durazzo (Carlos III de Nápoles). Hermosa e inteligente, también fue mecenas de los poetas y eruditos de su tiempo.
Juana I sucedió a su abuelo, el rey Roberto, en 1343, después de su matrimonio con su primo Andrés, hermano de Luis I de Hungría (1342-82); su adhesión tenía la intención de reconciliar las reclamaciones húngaras y angevinas sobre Nápoles. El enjambre de húngaros que siguieron a Andrés a Nápoles, sin embargo, antagonizó a muchos de los angevinos en la corte, incluida Juana. En consecuencia, cuando Andrés fue asesinado (Sept. 18, 1345), Juana fue acusada de haber tenido conocimiento del crimen.
Juana se casó con Luis de Taranto en 1347, pero huyó a Aviñón, el padre., cuando Luis I de Hungría invadió Nápoles en 1348, tratando de vengar el asesinato de Andrés. Durante su exilio, vendió Aviñón al papado con la condición de que fuera declarada inocente del asesinato. Pudo regresar a Nápoles de forma permanente en 1352, gracias a la intervención del Papa Inocencio VI.
Después de la muerte de Luis de Taranto (1362), Juana se casó con Jaime III, rey de Mallorca, quien, temiendo por su vida o intentando recuperar su propio reino, estuvo casi continuamente ausente de Nápoles hasta su muerte en 1375. Mientras tanto, Juana había consolidado un poco su gobierno y había reconocido a Federico III como rey de Sicilia, poniendo así fin a una antigua disputa siciliana entre los angevinos y los aragoneses.
En 1376 Juana se casó con el aventurero militar Otón de Brunswick y más tarde reconoció como su heredero al trono a Luis, Duque de Anjou, hermano del rey francés Carlos V. En 1378 también reconoció al antipapa Clemente VII. Carlos de Durazzo, a quien Juana había reconocido previamente como su heredero, obtuvo la ayuda del Papa Urbano VI, que lo coronó rey de Nápoles en Roma (1381). Carlos capturó Nápoles en junio, declarándose rey. Encarceló a Juana en el castillo de Muro, donde la sofocó.