Kaminaljuyu

Kaminaljuyu, en el valle central de las tierras altas de Guatemala, es uno de los pocos complejos mayas de construcción de tierra que sobreviven en la región. Es un ejemplo único de arquitectura de adobe expuesta en las tierras altas tropicales, con edificios elaborados, algunos con cámaras funerarias, relieves y superficies pintadas, que resaltan la riqueza de la zona. Su ubicación estratégica permitió el control de rutas comerciales cruciales durante el período maya. Entre el 1000 a. C. y D. C. 200, Kaminaljuyu, o «lugar de los antepasados» en el idioma maya K’iche’, disfrutó de avances artísticos, arquitectónicos y sociopolíticos, convirtiéndose en uno de los centros más importantes del sureste de Mesoamérica. Abandonado durante mucho tiempo, el sitio fue redescubierto a principios del siglo XX. La invasión de la Ciudad de Guatemala, en constante expansión, llevó a su inclusión en el World Monuments Watch 2010.

Preservación de la Acrópolis del sitio y las estructuras de Palangana

Después de la inclusión en el Reloj, las mejoras al parque arqueológico de Kaminaljuyu incluyeron la construcción de un centro de visitantes y una señalización mejorada para educar a los turistas sobre la importancia de las estructuras del parque. La financiación del Gobierno del Japón ayudó a las autoridades locales a mejorar su gestión. Los túneles de las excavaciones realizadas en la década de 1960 se rellenaron y estabilizaron. World Monuments Fund ayudó a financiar el desarrollo de diseños de nuevas cubiertas protectoras para dos estructuras arqueológicamente sensibles en el sitio para proteger el material frágil de la erosión causada por la exposición a los elementos. WMF se centró en la preservación de la Acrópolis del sitio y las estructuras de Palangana, y la sustitución de secciones de techos inadecuados.

El sitio es de enorme importancia simbólica para el pueblo y el patrimonio de Guatemala. Su papel como núcleo en un entorno político y económico complejo, así como sus funciones ceremoniales y cívico-administrativas, fueron fundamentales para el desarrollo de la región a lo largo de los siglos. La expansión de la Ciudad de Guatemala ha aumentado la conciencia de la necesidad de proteger este sitio de asentamiento temprano y en el decenio de 1960 se promulgó legislación con este fin. A pesar de estos esfuerzos, encabezados por el Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, el deterioro ha continuado en el sitio, lo que ha requerido la instalación de refugios de protección para preservar los restos de Kaminaljuyu.

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