Otra realidad que puede producirse es el hecho de que el paciente no cumple con todas las indicaciones del tratamiento recomendado una vez elaborado el diagnóstico y esto produce un empeoramiento de los síntomas. Por tanto, a partir de lo dicho podemos deducir que en muchos casos un diagnóstico de esquizofrenia muestra una combinación de elementos internos y externos que personalizan el caso.
A ello también conviene sumar la influencia de las circunstancias psicosociales que rodean la vida del paciente puesto que determinados hechos pueden agravar la situación, por ejemplo, una ruptura de pareja traumática; en este caso, estos ingredientes no actúan como causa, sino como agravante. Algunas situaciones sociales también pueden afectar de un modo negativo la calidad de vida del paciente, por ejemplo, la soledad.
En relación con los hábitos de vida en la etapa adulta conviene puntualizar que existe una asociación entre el consumo de drogas como hecho que puede crear una predisposición hacia el desarrollo de esta enfermedad. El consumo de drogas no solo puede actuar como un factor de riesgo, sino que también, puede producir un agravamiento de los síntomas de la esquizofrenia que pueden mostrarse de una forma más aguda.
Las investigaciones todavía no han concluido cuál es la causa determinante de esta enfermedad y aunque la influencia genética es un hecho observado por la ciencia, conviene puntualizar que el hecho de que existan antecedentes familiares no determina de un modo definitivo el desarrollo de la enfermedad. Por esta razón, conviene observar las causas de este diagnóstico como una combinación de varios factores.