Las teorías de fans son algo que hemos visto y cubierto en masa. Si bien la mayoría de estas teorías son descabelladas y francamente insanas, algunas en realidad tienen algo de credibilidad y la posibilidad de ser ciertas. Sin embargo, este último cae dentro de la primera categoría. Los fans tienden a encontrar cualquier pequeña noción a la que aferrarse cuando su personaje favorito termina, especialmente en el Universo Cinematográfico de Marvel. En este caso, el Capitán América. Al final de Avengers: Al final del juego, Steve Rogers tuvo su final feliz, regresando en el tiempo para vivir con Peggy Carter, tener una familia y envejecer. Pero, ¿y si pudiera vivir para siempre, e incluso recuperar su juventud? Sí, yo tampoco me lo creo, ¡pero explorémoslo de todos modos!
ScreenRant plantea esta teoría en su sitio. Se extrae de algunas referencias cómicas oscuras. También se apoya en gran medida en la capacidad de Cap para levantar a Mjolnir y su suero de súper soldado. Comienza por sacar las Manzanas de Idunn. Estas manzanas doradas son un dispositivo poco utilizado en los cómics de Marvel que explica cómo los asgardianos obtienen su casi inmortalidad. Pero, como el UCM ha establecido que los asgardianos naturalmente viven vidas muy largas, pero aún envejecen y mueren con el tiempo, este es un retcon que causaría el máximo daño con poca recompensa.
En cuanto al martillo de Thor que le da inmortalidad a Cap, de nuevo, el UCM tiene reglas diferentes a las de los cómics. Mientras que Cap tenía todo el poder de Thor corriendo a través de él en el Juego Final, ese poder desaparece una vez que el martillo ya no está en su posesión. Así, cuando regresó a Mjolnir a su debido tiempo, así fueron los regalos de los dioses. Y, como Cap fue visto envejecido al final de la película, su suero de súper soldado tampoco lo hace inmortal.
Mientras el sitio se entra en más detalle en su teoría, es demasiado descabellada tener ningún tipo de mérito. Además de eso, Chris Evans ha declarado con firmeza que ha terminado con el personaje y está feliz con cómo terminó su historia. Al final del día, es una ilusión ingrávida. Ojalá, ¿verdad?