Después de una investigación de ocho meses, funcionarios federales, estatales y locales dicen que han detenido a tres organizaciones de narcotráfico con sede en Kensington e incautado casi medio millón de dólares.
La policía dice que también confiscó 20 armas ilegales, así como cantidades sustanciales de fentanilo, cocaína y xilazina, un tranquilizante para caballos.
Las autoridades nombraron a 36 personas arrestadas, y dijeron que las organizaciones objetivo estaban conectadas a un par de tiroteos recientes en Filadelfia.
Los funcionarios enmarcaron el anuncio como un paso en el esfuerzo de la ciudad para detener una creciente ola de violencia con armas de fuego y homicidios.
«Estas personas están inextricablemente vinculadas a la violencia que vemos en nuestra ciudad», dijo el Fiscal General de Pensilvania, Josh Shapiro.
La investigación, dijo Shapiro, permitió a las autoridades detener cinco posibles tiroteos, incluido un tiroteo planeado desde un vehículo. En medio de un juicio nacional sobre la mala conducta policial, Shapiro argumentó el lunes que la aplicación de la ley «dirigida» debe ser parte de la estrategia general para mejorar la seguridad pública.
«Estos excelentes hombres y mujeres no obtienen crédito cuando paran un tiroteo», dijo Shapiro, un demócrata.
Ha habido 292 homicidios en Filadelfia en lo que va del año, un 33% más que en agosto pasado.
El fiscal general también agregó que la violencia en Filadelfia y otras comunidades de bajos ingresos estaba arraigada en políticas y actitudes racistas.
«Gran parte de esta crisis que enfrentamos es el producto de generaciones de elecciones de personas que convirtieron el racismo en desigualdad estructural», dijo.
Esta es la quinta incursión anunciada desde el lanzamiento de la «Iniciativa Kensington» de Shapiro, y Shapiro la describió como la operación más grande hasta la fecha. Aunque una redada el año pasado resultó en la incautación de más drogas, el anuncio del lunes incluyó más arrestos y más armas confiscadas.
En el último anuncio, las autoridades dijeron que confiscaron 23.000 dosis de fentanilo, 26.000 dosis de cocaína y 174 botellas de tranquilizante para caballos, que Shapiro dijo que habían sido robadas a veterinarios y vendidas como droga recreativa.