Las células de fibroblastos L929 de ratón son menos permisivas a la infección por el ortorovirus de la bahía de Nelson en comparación con otras líneas celulares de mamíferos

En los últimos años, se ha identificado a los murciélagos como reservorios naturales para una amplia gama de virus. El ortorovirus de la Bahía de Nelson (NBV) se aisló por primera vez de la sangre del corazón de un murciélago frutal (Pteropus poliocephalus) en 1968. Si bien la patogénesis del NBV sigue siendo desconocida, otros miembros relacionados de este grupo han causado enfermedades respiratorias agudas en humanos. Por lo tanto, el potencial de que el NBV afecte a la salud humana parece plausible. Aquí, para aumentar nuestro conocimiento del NBV, examinamos la replicación y la infectividad del NBV utilizando diferentes líneas celulares de mamíferos derivadas de murciélagos, humanos, ratones y monos. Todas las líneas celulares apoyaron la replicación del NBV; sin embargo, las células L929 mostraron una reducción de más de 2 log en el título del virus en comparación con las otras líneas celulares. Además, el NBV no indujo efectos citopáticos importantes en las células L929, como se observó en otras líneas celulares. Curiosamente, los ortorovirus de Pteropina relacionados, el virus Pulau (PulV) y el virus Melaka (MelV) pudieron replicarse a títulos altos en las células L929, pero la infección resultó en un efecto citopático reducido. Nuestro estudio demuestra una interacción única virus-huésped entre las células NBV y L929, donde las células controlan eficazmente la infección/replicación viral y limitan la formación de sincitia. Al dilucidar los mecanismos moleculares que controlan esta relación única, se obtendrán importantes conocimientos sobre la biología de este virus fusogénico.

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