Mientras que los medicamentos Prozac y Klonopin hicieron su trabajo de mantener alejados mis pensamientos intrusivos y el pánico, experimenté aumento de peso, letargo y reflejos más lentos. Esto se convirtió en un desafío que decidí aceptar.
A pesar de que podía funcionar en sociedad, no sabía cómo manejar mis emociones o cómo ser asertivo. Mis medicamentos actuales me han ayudado a superar muchos problemas de salud recientes que surgieron de mi incapacidad para manejar conflictos.
A veces me sentía como si todos mis pensamientos fueran hojas en una pila en un césped, y una gran ráfaga de viento las soplaba por todas partes. Mi compulsión sería recoger cada pensamiento (hoja) cuidadosamente y enfocarme en él. Gracias al tratamiento, me di cuenta de que ya no tenía que concentrarme en cada pequeño pensamiento intrusivo para poder concentrarme en lo que es real e importante.
Hoy, casi 19 años después de ser diagnosticado con TOC, un excelente psicólogo me está tratando con terapia cognitivo-conductual (TCC), que faltaba en mi tratamiento durante los 18 años anteriores.
El TOC es un monstruo, pero lo he superado. Y, además de recibir ayuda profesional, continúo luchando con ejercicio, buenos hábitos de alimentación y sueño y actividad.