Investigadores de la Università del Salento en Italia revelaron recientemente nuevos conocimientos sobre el vínculo entre el aceite de krill, la disfunción mitocondrial y la enfermedad del hígado graso. El estudio fue publicado en la revista BioMed Research International y se titula » El Aceite de Krill Mejora las Disfunciones Mitocondriales en Ratas Tratadas con Dieta Alta en Grasas.»
La esteatosis hepática, la retención anormal de grasa en las células hepáticas, se desarrolla cuando el cuerpo crea grasa excesiva o no puede metabolizarla lo suficientemente rápido. La causa más común de esteatosis hepática es el alcoholismo, aunque también se ha observado como resultado de la obesidad, la diabetes y como efecto secundario de ciertos medicamentos.
Los estudios recientes se han centrado en la contribución potencial de la grasa dietética a la patología de la esteatosis hepática. Se sabe que una dieta alta en grasas puede inducir hiperglucemia (niveles altos de azúcar en la sangre), hiperinsulinemia (niveles altos de insulina en la sangre), obesidad y enfermedad hepática grasa no alcohólica.
Se ha sugerido que la disfunción mitocondrial hepática juega un papel clave en el desarrollo de la enfermedad hepática grasa no alcohólica. Las mitocondrias son pequeños orgánulos celulares responsables de la producción de energía (en forma de ATP) en el cuerpo a través del proceso de respiración.
Los estudios han informado que el aceite de krill, un extracto de una especie de krill antártico (un zooplancton similar a los camarones) que es rico en ácidos grasos omega-3, cuando se consume como suplemento dietético puede mejorar el metabolismo de los lípidos y la glucosa, lo que potencialmente tiene un efecto protector contra la esteatosis hepática.
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En el estudio, los investigadores analizaron el posible efecto protector del aceite de krill en el metabolismo energético mitocondrial en ratas bajo una dieta alta en grasas. Los animales se dividieron en tres grupos diferentes: uno que recibió una dieta estándar (grupo de control), otro con una dieta de 35% de grasa y un tercero que se alimentó con una dieta alta en grasas complementada con 2,5% de aceite de krill. Los animales fueron alimentados con cada dieta durante cuatro semanas.
Los investigadores encontraron que el aceite de krill parece promover la quema del exceso de grasa introducido a través de la dieta alta en grasas, y que este efecto se alcanza mediante la estimulación de vías metabólicas mitocondriales específicas (incluida la oxidación de ácidos grasos, la actividad de los complejos de cadenas respiratorias y el ciclo de Krebs). Se encontró que estas vías mitocondriales estaban alteradas en animales con dieta alta en grasas.
El equipo de investigación concluyó que el aceite de krill puede revertir los efectos negativos de una dieta alta en grasas al restaurar un metabolismo energético mitocondrial adecuado. Los autores creen que sus resultados sugieren que la regulación de la función mitocondrial y de los mecanismos relacionados con la acumulación de grasa en el hígado podría proporcionar potenciales dianas terapéuticas para las enfermedades del hígado graso. El equipo sugiere que se realicen estudios adicionales en seres humanos para confirmar estos hallazgos.