Una función fundamental de los epitelios y endotelios es separar diferentes compartimentos dentro del organismo y regular el intercambio de sustancias entre ellos. La unión estrecha (TJ) constituye la barrera tanto para el paso de iones y moléculas a través de la vía paracelular como para el movimiento de proteínas y lípidos entre los dominios apical y basolateral de la membrana plasmática. En los últimos años, se ha descubierto que más de 40 proteínas diferentes se localizan en los TSj de las células epiteliales, endoteliales y mielinizadas. Esta expansión sin precedentes de la información ha cambiado nuestra visión de los TSJ de una mera barrera paracelular a una estructura compleja involucrada en cascadas de señalización que controlan el crecimiento y la diferenciación celular. Tanto las proteínas corticales como las transmembranosas integran el TJs. Entre los primeros se encuentran proteínas de andamiaje que contienen dominios PDZ, supresores tumorales, factores de transcripción y proteínas involucradas en el transporte de vesículas. Hasta la fecha se han identificado dos componentes de los filamentos TJ: ocludina y claudina. Esta última es una familia de proteínas con más de 20 miembros. Tanto la ocludina como las claudinas son proteínas integrales capaces de interactuar adhesivamente con moléculas complementarias en células adyacentes y de copolimerizarse lateralmente. Estos avances en el conocimiento de la estructura molecular de la TJ apoyan modelos fisiológicos previos que exhibían la TJ como estructuras dinámicas que presentan características morfológicas y de permeabilidad distintas en diferentes tejidos y en respuesta a condiciones naturales, patológicas o experimentales cambiantes.