Los Kumquats son nativos del sudeste asiático, particularmente de China, Taiwán y Japón. Hoy en día, los kumquats están acumulando vapor como una fruta popular en todo el mundo, y en los Estados Unidos, la producción se puede encontrar tanto en Florida como en California.
El kumquat es un miembro de la familia de los cítricos Rutaceae que incluye pomelos, naranjas, limones y limas.
Un poco de historia
A mediados de la década de 1800, el kumquat fue traído a Europa desde China por el botánico Robert Fortune.
El fruto del árbol de kumquat es pequeño con forma y tamaño de olivo, y de color naranja dorado. Popular en dulces y mermeladas, también se come directamente del árbol.
El kumquat se introdujo en los EE.UU. a finales del siglo XIX, donde proporcionó poco más que un propósito ornamental hasta que la afluencia de una población asiática desarrolló un interés en esta fruta para su consumo como alimento.
Todo este pequeño paquete de dulzura se puede consumir, como una uva, piel, carne, semillas y todo! Al igual que la uva, las semillas se pueden desechar o comer, ¡y todo el kumquat está lleno de beneficios nutricionales!
Increíbles beneficios
Los kumquats son bajos en calorías y ricos en vitaminas, minerales, fitonutrientes y antioxidantes flavonoides polifenólicos como luteína, carotenos y zeaxantina. Son especialmente ricos en vitamina C y son una buena fuente de vitaminas A, B y E. Los kumquats también contienen los minerales potasio, calcio, hierro, selenio, manganeso y cobre.
Esta fruta tiene muchas cosas a su favor y debe consumirse entera, pelada y todo. Gran parte de los nutrientes se encuentran en la piel del kumquat, como ciertos aceites esenciales como el limoneno, el pineno, el cariofileno y el a-bergamoteno, que no solo pueden inhibir el desarrollo de células cancerosas, sino que también ayudan a dificultar la acidez estomacal y el tratamiento de cálculos biliares.
El alto contenido de fibra en este mini-naranja es el equivalente a casi 10 gramos por 8 quinotos! La fibra es especialmente necesaria para el funcionamiento saludable de nuestro tracto digestivo, además de ayudar a limitar los niveles de glucosa en nuestro sistema sanguíneo, ayudando así a limitar el desarrollo de diabetes tipo II y a reducir el colesterol en el cuerpo.
Se ha descubierto que las vitaminas B ayudan a eliminar el colesterol del sistema. El calcio no solo es necesario para la formación y el fortalecimiento de dientes y huesos sanos, sino también para la contracción muscular y la transmisión nerviosa. La vitamina A ayuda a fortalecer la visión y es fundamental para la salud de la piel y los dientes.
Últimas investigaciones
Las investigaciones demuestran que la vitamina A es esencial para una visión saludable, un sistema inmunitario fuerte y un sistema reproductivo y un crecimiento óseo normales. Según los Institutos Nacionales de la Salud, la vitamina A también puede desempeñar un papel importante en la disminución del desarrollo de ciertos cánceres.
Los estudios muestran que la vitamina C es un poderoso antioxidante que es esencial para la salud de nuestro tejido conectivo y la cicatrización de heridas, así como para combatir el envejecimiento al eliminar los radicales libres del cuerpo. La vitamina C puede incluso desempeñar un papel en la reducción del riesgo de ciertos cánceres y enfermedades cardiovasculares al reducir el estrés oxidativo.
Los estudios muestran que la vitamina C previene las enfermedades cardíacas al ayudar a eliminar el colesterol del cuerpo. Además, la vitamina C combate las infecciones bacterianas y virales.
La fibra dietética es especialmente beneficiosa para el sistema digestivo y puede ayudar a reducir la incidencia de ciertos cánceres, en particular, colorrectal, esofágico, estómago, boca y faringe, según el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer.